Íbamos en busca de toallas y perchas, y terminamos no sólo con eso, si no también con flores para alegrarnos un poco las mañanas cuando suene ese odiado invento del Diablo al que conocemos con el nombre de despertador. ¡Y no nos olvidemos de la comida de Ikea! ¡Perrito caliente y bebida ilimitado por 1.50€! Además del kepchup gratis, algo que los McDonalds italianos deberían tener en cuenta... E incluso experimentamos nuestra primera bronca en italiano por parte de un pequeño al ocupar las sillas para niños.
Finalmente, llegó la noche. Después de hablar con la familia y pasar ese momento en el que piensas "¿quién me mandó a mí venirme aquí con lo bien que estaba con papi y mami?" decidimos salir a Piazza Bologna donde el día anterior habíamos quedado con un grupo de españoles para ir conociendo a alguien en nuestra misma situación. Ellos no estaban allí esta vez pero tuvimos compañía igualmente; dos chicos del sur de Italia que estudian en Roma (uno de ellos en nuestra misma universidad, casualidades de la vida) nos entretuvieron entre cervezas. Sin resultados visibles en nuestra búsqueda de encontrar a nuestros nuevos amigos nos preguntamos ¿nos los volveremos a encontrar? Eso se desvelará en siguientes entregas.
En cuanto al día de hoy... lo resumiré en una frase: ¿por qué me levanté de la cama? Viajes interminables en autobús hasta Trastevere con un calor estival que ya debería desaparecer y que, además, es acrecentado por el bochorno que formaba la gente a nuestro alrededor; aún con todo esto, llegamos a nuestro destino: Piazza Ippolito Nievo. Haríamos el Codice Fiscale, hablaríamos con nuestros coordinadores, haríamos la tarjeta ESN... Todo parecía marchar a la perfección hasta que descubrimos que hacer el Codice Fiscale hoy iba a ser una tarea imposible. El fotomatón ya me había robado un euro, ¿y ahora eso?
Después de media hora esperando al autobús para ir a la universidad, resulta que los coordinadores no están. Mensajito bajo la puerta para uno de ellos y la esperanza de que nos conteste en nosotras. Al menos la tarjeta de los Erasmus está hecha; allí hicimos una nueva amistad a quien sí que encontraremos, mañana mismo además, y donde descubrimos que la gran quedada de los estudiantes de intercambio estaba a la vuelta de la esquina: San Marino y la fiesta del vino. Suena bien, ¿no creéis? Pero no os hagáis muchas ilusiones, dudo que sean similares a nuestros Riojas porque, sí, Spain is Different, típica frase a la que aludimos en repetidas ocasiones, pero es tan cierta como que la Tierra gira alrededor del Sol, y ahora que estoy fuera puedo añadir que Spain is Different para bien.
Y hasta aquí mi resumen de hoy. Claro y conciso (al menos espero que así lo veáis vosotros). Desde Italia continuaré escuchando a los chicos de Tres Cantos y observando mis banderas para tener muy en cuenta, no sólo España, si no también Cantabria, mi casa.
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